Hoy no es el día, el cortometraje.


Hoy no es el día.

Lo que no significa que mañana sí pueda serlo.

No, no es ese el motivo de prohibir este día para hacer algo.

Tienes que ir un poco más allá. No te quedes en la superficie. ¿Serás capaz?



¿Capaz… de no quejarte y hacer algo para remediarlo?

¿Hacer algo para salir del hoyo en lugar de hacerlo más confortable?

Porque a veces sucede: algo que te quita la vida a ti puede dársela a otro.

Y esto, no me malinterpretes, sin llegar a completar el primer punto.


El mismo objeto.

Ese que ibas a usar para hacer el mal.

¿Y si lo utilizaras para salvar a alguien? Aunque sea de sí mismo.

Aunque el objeto al que nos estemos refiriendo pueda ser simplemente la inteligencia.

O el razonamiento.

En eso consiste.

Porque la felicidad no es un estado estable y perpetuo, claro que no.

Tiene que cambiar para que notemos sus grados.

Igual que la tristeza.

Tenemos que experimentarla más o menos para saber que está ahí.

Porque el estado natural del ser humano no es ni siquiera estar tranquilo.

Es estar alerta.

Y eso se aleja mucho más de estar simplemente feliz o triste. Esto solo son consecuencias lógicas de nuestros actos y, por supuesto, de nuestra actitud.

No quiero librar a nadie de su demonio interior.

Solo quiero ser alguien que viene a decirte que también existe la posibilidad de enfrentarlo.

Y ganar…te.


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