La vida del artista es dura


La vida del artista es dura.

Eso es un hecho irrefutable para cualquier persona.


Y que de manera casi imperceptible, es el creativo el que pone todo de su parte para que la obra final sea perfecta. Él sabe que no va a conseguirlo. Y que por más que se acerque a la perfección, nunca la asirá.


Es parte del talento innato del artista intentarlo todo. Cuando digo todo, me refiero a todo. Sin recovecos. Sin excepciones.

¿Y qué es lo único que tiene?

Él mismo. Su persona, sus experiencias. Las decisiones que tomó, las rutas que escogió, las metas que nunca aprehendió y que le hicieron perder la cabeza. Pero también el ojo del huracán en el que se metió o hacia el que lo empujaron.

Tira de sus recursos hasta ya no le queda nada. Cuando esto sucede, echa mano de sí mismo. Se consume, se rompe para que sean las grietas las que viertan la luz que porta dentro.
Es decir, se usa a sí mismo para saciar el entretenimiento de otro.

Disfruta desgarrándose.

Además, ese esfuerzo han de verlo otros, y no solo eso, han de ser conscientes de cuál es.
Aunque implique dejarse en evidencia. O perder lo que tantos años haya llevado obtener.
El producto final es el importante.

Cueste lo que cueste.

Síguenos para más contenidos como este en ironicascreaciones.com

Comentarios

Entradas populares